lunes, 23 de diciembre de 2013

Un ciudadano corriente

Hablo de un ciudadano corriente que no sea político ni empresario, ni traficante ni ladrón de guante blanco. Un ciudadano corriente que reconozca que el 13 fue un año positivo y que espera que el 14 sea mejor. Un ciudadano que su suerte empezara en enero a mejorar y en diciembre le tocara la lotería. Un ciudadano que bien pudiera ser una ciudadana.
  
Nadie quiere que nuestros asuntos vayan mal, y hacemos lo posible para que vayan bien, y si es preciso rezamos a Jesús el Cristo y sino vendemos el alma al diablo. Rechazamos la mala suerte. Rechazamos la crisis. Rechazamos la angustia, la pena y el dolor. Y, naturalmente, rechazamos la enfermedad.
  
Pero resulta que la naturaleza está conformada de la noche y el día. Y de ciclos contrapuestos que empiezan y terminan. Y luego están las prisas que configuran el tiempo y nos obligan a llegar siempre los primeros. 
  
Si aceptamos el 13 como un año estupendo sentamos las bases para que el 14 sea doblemente estupendo y viviremos un períodos de decadencia completamente atroz. Y si digo atroz digo inhumano. El humano ser es todo menos humano. (Qué feliz sería sin tener que escribir en medio de una imposible salvación).

1 comentario:

  1. Necesito mucho valor o yoquese para aceptar que el 13 fue un año bueno. Posiblemente en cuanto a unión familiar porque fortalecimos nuestros lazos afectivos pero por lo demás, ya quiero que se acabe.

    ¡Ah! Y también fue bueno porque te conocí, ¿Chido no?

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