El problema se llama Rajoy

Hoy es domingo, y antes de ir a misa y tomar el vermú, como buen cristiano, quiero expresar mis buenos deseos navideños a nuestra clase dirigente. A Rajoy, porque es quien nos gobierna: él, culpable de pisar las tres líneas rojas tan cacareadas en su programa electoral: Sanidad, Educación y Pensiones.

   

Todos y todas coinciden en que el mejor servicio que Rajoy puede hacerle a su país (que sigue siendo el nuestro), a su partido y a sí mismo, es coger su programa electoral y tirarlo a un mar profundo y que redacte otro verdadero que pueda cumplir, y se presente de nuevo a las elecciones (natural). Porque Zapatero ya era culpable. Rajoy lo dijo claro en los medios de comunicación y en las grandes ciudades. Rajoy no fue engañado por Zapatero, pero él sí engañó a su pueblo. (Recuerden). 

   

Rajoy, dice que el 13 fue mejor que el 12 y peor que el 14. Los sueños si se desean con todas las fuerzas se hacen realidad (como tu amor, mujer de mirada decidora y piernas interminables). Es bueno soñar, pero un pueblo que no tiene esperanza poco puede perder. Piénselo, señor presidente, y no afine la puntería con los derechos de la ciudadanía que se manifiesta por las calles como mareas de diferentes colores. Gobierne para el pueblo, solucione sus problemas, y déjese de ser su problema.