Elecciones anticipadas, ya

Rajoy suele valerse de los porcientos para ilustrar argumentos sobre la recuperación económica del país. La economía crece todo lo que le viene bien en cada momento, porque los datos solo él los conoce, y los manipula a su conveniencia. Les aplica cambios sustanciales y solo nos pide que le creamos. 

  

Rajoy nos ofrecerá para el 14 cambios: crecerá la economía, la balanza de pagos, y sobre todo el empleo. Él augura un uno por ciento de crecimiento y luego dice que a partir del dos es cuando se crea empleo. A Rajoy cuesta entenderlo, pero no más que a cualquier gallego. Los gallegos son así, complicados. Pero necesitamos creer en él. Tener fe en él o en Jesús el Cristo. Desahucio es lo que nos queda, porque lo que es esperanza...

  

Rajoy es el problema, y para colmo, más ciudadanos se encuentran bajo el umbral de la pobreza: de los 6.000.000 de parados 3.000.000 y el resto justo en el umbral. De los que trabajan con salarios paupérrimos ninguno llega a final de mes. La clase media ya no existe. A punto de expirar el 13 y el 14 estremece.

  

Las expectativas que generan las capas de la sociedad más optimistas respecto a la economía, chocan con la posibilidad cierta de que las prioridades del gobierno sucumban ante el avance de los intereses partidistas. Y Rajoy lo sabe. ¿Debemos prepararnos para lo peor o esto ya ha sido todo? Mójense, señoras y señores, la palabra es suya. Que no la práctica de la democracia. Elecciones anticipadas, ya.