lunes, 30 de diciembre de 2013

Los sentimientos

Vuelves a la isla abandonada de los naufragios,
de los fantasmas, 
de las locuras tardías.

Y al embarcarte hacia el mar libre,
una sombra se levanta;
abiertos sentimientos dudan sobre las aguas
aferrados al corazón que sus tesoros guarda.
(Quien tiene oro en sus ojos duda del Sol). 
Confusa miras al mismo Cielo buscando respuestas...
En una mano llevas una flor y en la otra tu corazón abierto.

El Cielo te ha rechazado:
Ahora luchas entre las aguas del mar libre para avanzar tal vez en vano

Los sentimientos son como el Arco Iris que nacen del agua
y se pierden en el horizonte caprichoso...

Los sentimientos, 
sí, 
los sentimientos.
   
Y navegas despacio por un mar en calma desvelando las vivencias insomnes de tus noches,
y te aferras a los sueños que guardas con su nombre, 
y los indultas, 
y los vuelves a soñar.
   
... y mientras, él te asfixia con su mirada.

No entiende cómo ha sucedido pero quisiera de nuevo enredarse en su mirada y mantenerla despierta en su memoria. Coge su aliento entre las manos y sin desvelar su secreto se reinventa... Ya no será más la creación que no existía. Que muera un sentimiento es un absurdo previsible, sí, un absurdo sentimiento. Los sentimientos, un anticipo del paraíso... donde todo comenzó. (Seguiré existiendo mientras tú me imagines... mujer, y existiré eternamente. La pregunta es esta: ¿Qué es un hombre o una mujer sin un sueño? El hombre solo es Dios cuando sueña, pero Dios solo es Dios cuando ama... y la Magdalena lo espera).

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