A un economista amigo

"Antes tenía un mensaje que llevar; ahora ya no lo tengo, ya no creo en un mundo mejor". Winston Churchill.

  

Un amigo me felicita la Navidad. A mí no me gusta la Navidad, pero me encanta la esperanza que emana de ella, el optimismo, el enfocar las cosas de otra manera. Escribir el día me impide abstraerme de la realidad, aunque la realidad no me guste por ser la de un calendario y unos hechos en los que no creo. Mi amigo sigue a de soslayo, yo también soy seguidor de su blog pero a distancia, porque no entiendo lo que dice... Es doctor en economía y está enfadado con la gestión que Rajoy hace de los asuntos económicos de este país. Aún considerando que su palabra no sea la de un dios, cree que peor no se puede hacer, y a sus comentarios presenta como pruebas los resultados. Y lamenta que no se asesore, tal vez, como Zapatero -dicho por el ex ministro Sevilla: “en dos días uno, por torpe que sea, aprende la economía necesaria para llevar un país a la gloria”. En este país todos sabemos que la gestión mercantilista de Rajoy no es la correcta. La mayoría no sabemos la solución, pero nos gustaría que consultara con los que saben... En dos días ni yo mismo aprendí a reconocer el amor de una mujer enamorada. Y eso es más fácil, aunque su mensaje sea de orientación trasversal, de soslayo, quiero decir.

  

Feliz Navidad, amigo. Que seas muy feliz con los tuyos, con los que bien te quieran. Paz a tu alma y reconocimiento a tu sabiduría. Ojalá hubiera muchos profesionales de la economía que dieran ideas, quizás algunas merecieran la pena.

Rajoy, por prepotente, también debiera dimitir.