domingo, 8 de diciembre de 2013

Es mi vida y son mis años. Y es mi amiga

Se acerca un día de muy malas pulgas, debiera ser un día cualquiera, y lo es. Me importa un carajo que llegue, es más, lamentaría que no llegara. Las malas pulgas (maneras de decir de mi amiga) era una expresión de antes. Mía y de todos: "pero que muy malas pulgas". Me gusta cuando se expresa natural, hablo de mi amiga. Hoy entré en su blog. Ella tiene muchos comentarios y yo no. No celo, me gusta que tenga muchas respuestas y todas son amables. Para que alguien te responda amable es necesario preguntar lindo y ser amable, y no triste de morir. Me alegro por ella, porque tenga éxito en su blog. Porque la quieran. Y porque ella me quiera a mí. Es mi correa de transmisión con la gente agradable. Para mí es un soplo de aire fresco, que perdida a veces, me busca y me encuentra pegado al teclado de mi viejo ordenador que me ordena. Es mi vida y son mis años. Y es mi amiga.
 
Cuando se pasa del ecuador de la vida... ¿y cuál es el ecuador de la vida? Nadie quiere ser viejo y nadie quiere morir. Peor que llegar a ser viejo es no llegar.
  
Entonces, creo que es la hora de preguntar a mi amiga y a ustedes, sus amigos, ¿o creen que no sé que vienen a de soslayo por ella? Ustedes están con ella. Y les quiero como si estuvieran conmigo. Todos y todas nos necesitamos. La disculpa es la de menos si la decisión la tenemos tomada de antemano. Mi disculpa es ella, la de los demás... Por cierto, ahora que estamos todos y todas, la pregunta viene sola al asunto, ¿alguien sabe qué ha sido de aquellos sueños, de aquella dulce utopía que por las calles y los campos derramábamos cuando éramos más jóvenes y con la inocencia de feliz Navidad y una ilusión como la que sentimos con el primer amor? Hagan memoria. Cuando entro en su blog, veo caras jóvenes y dicen cosas de solo haber sufrido como para que la balanza les sea favorable. Hablo sin saber. Pero es la impresión que me sugieren sus respuestas.
  
Repito, ¿qué fue de aquellos años? ¿Habrá merecido la pena ser un viejo de años por dejar de ser un joven de sueños? En fin, solo quería darles las gracias, aunque nada más sea por sentir empatía hacia mi amiga del alma, y porque me vengan a visitar. Y si alguna vez les parezco antipático (es lo que ella me dice) y se ofenden, no vuelvan, pero no le trasladen a ella la ofensa. El antipático soy yo, y me sale sin esfuerzo, pero soy agradecido. Gracias y buenas noches a todos y todas, o buenas madrugadas... Y también éxitos en sus blogs que de cuando en vez visito... (Este domingo, porque aún me queda esta y otras palabras por decir, y otros visitas que agradecer al venir de su mano, les hago una invitación formal para que se queden aunque no digan. Y ya les dejo una respuesta: Mi amiga merece la pena, se hace llamar La Malquerida y no sé porqué. Pero ya se sabe que Dios no le cuenta todo a la María).

5 comentarios:

  1. Pregunta difícil la que haces.ñ
    Nunca he sido de sueños, soy demasiado realista. Nunca me vislumbre "ser alguien en la vida". Cierto es que queria ser psicóloga o bióloga pero nunca me soñé siendolo. Quizás lo mas pegado a un sueño fue el haber querido ser maestra. Mi pasión era querer enseñar, con mano dura eso si, pero enseñar. No tenia tiempo para soñar y el deseo de enseñar se esfumo en el tiempo,

    ¿Primer amor? Algunos dicen que el primer amor nunca se olvida. Yo no lo recuerdo, es mas creo nunca tuve un primer amor. Mie recuerdos se remontan al niño que ke gustaba pero se dio cuenta que existía, el ultimo día de clases, ¡Demasiado tarde! Pero no fue mi primer amor, me gustaba y ya, fue todo.

    Despues, nada hay por decir, era invisible para los hombres. A veces me pregunto por que los hombres son ciegos ante lo evidente.

    ¿Sueños de amor? No tuve ni siquiera con Barry. Cuando recuerdo el por que se caso conmigo me entristece pero despues me alegro porque de alguna forma hubo algo en mi que hizo no arrepentirse de haberse casado conmigo.

    Nunca soñé con tener mi "casita" ni "mis hijitos" ni una "familia feliz" se dieron las cosas y ya. Pero soñarlo lo que se dice soñarlo, no.

    Ni siquiera sueño con conocer a Enrique. Mi hija me ha tratado de convencer para que lo conozca pero nunca he querido. Una vez ya estaba todo preparado, lo conocería en persona. Lo tendría al lado mío, hablaría con el y... No quise, gracias. No fui. ¿Te imaginas? Una viejita ridícula, parkinsoniana por añadidura enamorada de un cantante, ¡Dios que tontería! ¡Despierta Flor de Maria, ya estas grande!

    ¿Que fue de aquellos años? Ni idea. Yo nací el día que me case con Barry. Lo de antes no existió, asi lo recuerde una y mil veces, nada existió. Todo fue un mal sueño producto del medicamento. ¿Cual? El que sea, no importa.

    Soy una vieja -no mucho- que no sabe que onda con su vida. ¿Mereció la pena haber vivido todo eso? ¡Si! ¿Lo volvería a pasar? ¡No gracias!

    En todo ese cumulo de cosas que soy -egocéntrica, egoísta, malhablada- agradezco estar aquí y ahora. Mañana no se pero hoy por hoy estoy satisfecha porque quizás el no ser soñadora evito muchos golpes pero he de decirlo también me prive de muchas cosas bellas.

    ¿Merece la pena alguien que no se quiere a si misma? No lo se. Lo que si merece la pena y por mucho haber llegado a tu blog y ademas ser tu amiga.

    No seas gruñón y disfruta tu cumpleaños, total, igual da, vas a -de todos modos- cumplir años.

    Gracias de soslayo. Podría decirte que eres a toda madre pero psss como eres muy decente y me apena decir palabrotas contigo, diré que eres de pocas pocas pero poquísimas pulgas.

    Un abrazo fuerte, asi de grande como el mar que nos separa.


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  2. Será mi cumpleaños algún día. Y no lo celebraré. Muchas gracias por tus palabras... Beso.

    Salud.

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  3. Como sea, igual te voy a felicitar gruñón.

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  4. Yo estoy por ti asturianín, y no digo más.

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