martes, 10 de diciembre de 2013

¿Nos vencieron o nos vencimos?

¿Nos vencieron o nos vencimos? O nos vencerán si no combatimos nosotros desde (iba a escribir las barricadas. ¡Joder, dona, qué país!) la calle la corrupción. Que digan la verdad y cambien de proceder. Igual sería un buen comienzo.
   
Leo en los medios que los gustos de la infanta son muy caros: desde Aizoon se pagaron 436.703 euros por obras y decoración de su casa de Pedralbes, y viajes, y cumpleaños feliz, y facturas negadas y luego validadas por la Agencia Tributaria para no inculparla. Además de los 436.703 euros por la decoración de su casa, desde Aizoon también se pagaron otros 262.120 euros sin la certeza de su destino. Cada día aparecen más corruptos y más corruptelas. ¿Hasta cuando? Sería la pregunta adecuada, pero ya no, ahora solo pedimos transparencia, que devuelvan lo robado y que vayan todos y todas a la cárcel, por que ya no son percepciones sino evidencias. El pueblo exige transparencia. No creemos más en nuestra clase dirigente ni en los partidos políticos, y cuestionamos la fiabilidad que usan para contarnos su versión de los hechos. Aún si fueran infundados, la controversia de sus explicaciones hacen increíbles sus reflexiones. Son patéticos delante de un micrófono. Que el pueblo sea informado es una obligación. Y para ello, mejor que cantarnos milongas detrás de un plasma, que respondan a los periodistas sin rodeos. Este país está politizado en todos sus intereses. Y así nunca sabremos acerca de la corrupción que los mueve. Ni de los fiscales que intimidan a los jueces. Ni de la Agencia Tributaria que se ha vuelto descuidada en sus funciones. Y mucho menos del presidente del Tribunal Constitucional (TC), Óscar Urviola, que no valía para vocal y sí para presidente. Por cierto, los medios supieron antes que Óscar Urviola iba a ser presidente que los propios vocales que lo tenían que votar. ¿Politizada la justicia?

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