martes, 4 de octubre de 2011

Pobrecito mi país

Hablo en serio, estoy seguro que, de vivir en otro tiempo y con otros ánimos, mi esposa y otras, todas componentes de la asociación local de lucha contra el cáncer, hubieran alcanzado, después de todo el día con bandos municipales, y ellas apostadas en sitios estratégicos para que no valieran disculpas, más de las diez personas que se apuntaron para la caminata solidaria que organizaban. Y no es aletargamiento ciudadano. Falta de sensibilidad. Tampoco poliquetería. Y menos clientelismo o rebeldía. Ni olvido. Quedan confirmadas todas mis sospechas, no me asombro: Pobrecito mi país. Hoy somos más pobres que ayer y menos que mañana. Culpables los cinco euros de la inscripción. (No cabe otra lectura).

3 comentarios:

  1. No cabe otra lectura ? Vemos el vaso medio vacío y nos conformamos ?

    Pobres ciudadanos !

    Saludos
    Mark de Zabaleta

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  2. Conformismo en estado puro !

    Saludos
    Mark de Zabaleta

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  3. Trato de transmitir lo que siento en el momento, y eso sentí al ver la cara de mi esposa desanimada. Este es un pueblo pequeño que vive principalmente del turismo; ahora solo vive del subsidio y su único entretenimiento es la televisión y pasear los nietos: es un pueblo envejecido. No creo que este país sea "pobrecito mi país". Pero en la tierra de la luz y de las flores la tristeza ha venido a cenar y no se quiere ir. Ante la adversidad, mi pueblo ha decidido en asamblea soberana echarse a morir. (Mi esposa dice que hasta el mismo día de la marcha seguirán llamando a cada puerta. Y su cuartel general no lo desmantelan).

    Salud.

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