No siempre uno tiene algo interesante que escribir. Otra cosa sería si fuera un poeta o un escritor de talento. O si un dios cualquiera tampoco tendría este problema. Ay, mi cabeza no está para pensar, y salir de casa no me apetece, que si no son penas son pobrezas lo que hay ahí fuera. Lo cotidiano ya no me inspira. Mi mente culpable. Si mi mente, esa cosa que supuestamente debiera pensar ejerciera su cometido ¿? Pero no, se desbarata y solo aparece con alucinaciones siempre negativas. Si al menos hubiera en mi cabeza un algo de inspiración para contarlo como si fuera real, tal que mis alucinaciones. Pero entonces tendría que ser un dios porque los dioses son imaginativos y creativos, y más, la gente los adora y los adula. A mí me gustaría que la gente me adulara, que me dijera ¡qué bien escribes y qué guapo eres!, eso sí, no quiero que no me adoren, a no ser que me pagaran por ello como en las iglesias. Si yo fuera un dios, una estupidez que escribiera me haría acreedor de los más altos honores literarios. Pero no, no soy ningún dios, ni poeta ni escritor. Lástima. Pero ojo, que nadie crea que a los dioses se les adora por algún supuesto poder de salvación. La prueba la tenemos que siempre les atribuyeron leyendas patéticas como la propia historia que los inventó lo es. Dioses del Olimpo. Nada más recordar la historia de Zeus, aquel rey de los dioses griegos, por cierto, adorado también por los romanos con el nombre de Júpiter. En fin, pienso que estos dioses fruto de la imaginación de escritores de poco talento en distintas épocas de la historia, representan a divinidades separadas, aunque en su inmortalidad obra una creencia supersticiosa única. (Supongo que por ser un incrédulo tributo con mi mala cabeza un silencio obligado. Quizá por no creer en un dios cualquiera con un mismo nombre).
No siempre la inspiración está disponible !
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta
Si yo te contara... La inspiración viene y va como mi musa nunca disponible.
ResponderEliminarSalud.