Mi hija Kristel trabaja en el mundo de la moda y la vive con exquisita actualidad. Vive la moda como una necesidad contagiosa. Respecto a este asunto tengo que decir que en el curso de la historia la función de la moda ha ido cambiando. Lo que en un principio era un simple medio para resguardarse del frío, pasó a ser un instrumento de poder y ostentación. Hoy en día la gente tiene más ropa en el fondo de armario que la necesaria para dos vidas. Y esto demuestra que el vestir es un cometido social. También he de decir, y mi hija me lo confirma cuando la miro de soslayo, que la ropa que llevamos tiene un efecto psicológico sobre nosotros. Hablo de mi hija y hablo de gente que como ella vive la moda con verdadera pasión. Si por un aquel se sienten apesadumbradas, es ponerse unos trapos y levantan el ánimo como el ave fénix. La ropa para estas personas es salud mental. Igualmente, si van a un entierro (pena) y se ponen ropa del último clamor no les duele tanto la pérdida. La moda hace milagros. Sea como fuere, lo importante es que nos sintamos identificados y a gusto con nuestro manera de vestir. Porque la moda acaba una vez cruzamos el umbral de nuestra casa. Decía Voltaire: "lo superfluo es esa cosa tan necesaria". Sin embargo, y hablo de mi hija Kristel, sueña con ser Pretty Woman y tener entre sus manos una tarjeta de esas para comprar sin límite.
Completament d'acord, també com a psicòleg. Jo afegiria que, a més, front als altres, no només envers nosaltres la roba té un efecte -o causa- psicológic/a.
ResponderEliminarI, en efecte, té raó el savi que cites:no hi ha res més necessari que allò superflu. Jo encara afegiria que no hi ha res més innecessari que allò urgent. El què és urgent ens hipoteca la vida i no ens deixa veure res, especialment allò important.
Felicitats.
Marc
Eres muy amable, Marc. Gracias por comentar y aportar tus conocimientos.
ResponderEliminarSalud.