Un gran éxito comercial

Me cuentan que en una discoteca del pueblo de ahí al lado, los viernes entregan a los jóvenes felices el permiso de la noche. Se trata de un carné con el que se puede beber toda la noche sin límite una bebida alcohólica, la que esté programada su oferta, para combatir el botellón que los jóvenes hacen antes de entrar. No se trata de fomentar una noche de fiesta sin alcohol ni drogas ni lo contrario ¿? sino de contraatacar la moda del botellón tan negativa para el negocio discotequero. Una idea genial al servicio del mal. Me cuentan que los jóvenes lo han tomado con alegría y algo de morbo, que las cosas del beber si son gratis remueven los dobles sentidos. La borrachera y las drogas, el fornicio y el carné por puntos, y algunas riñas rematadas con peleas de mala saña. Accidentes inevitables de los viernes desvelados. La estupidez maldita que acecha sin miramientos a los jóvenes de aquí y allá. En estos tiempos tan liberales escasos de casi todo, está de moda el modelo de aquí te pillo aquí te mato en sentido ¿literal? En mis tiempos juveniles hacer el amor era tan difícil que más que un pecado era un milagro. Ahora, según me cuentan, le dices a una joven que se siente... y se acuesta. Lo cierto es que, llegados estos tiempos donde todo vale, donde se quiera y con quien se pueda, las tasas de afectados por el sin sentido ha ido en aumentando (a la par) los ingresos: ganancias en las discotecas y urgencias en los hospitales. En el pueblo de ahí al lado los viernes hacen felices a los jóvenes y eso sería bueno si no fuera malo. El permiso de la noche. (Paráfrasis). El salvoconducto del placer sin temor, de orgasmo sin miedo, de drogas y de alcohol, de accidentes sin poder evitarlos... El permiso de la noche trae la muerte adherida al dorso. También teléfonos de urgencias. Ay Candela, un gran éxito comercial. Escéptico, hoy viernes, quiero compartir en procesión por la vida, el permiso de la noche, luego de la una. (Intentaré controlar el sueño que tanto me desvela a veces).