Un libro y la desidia de su autor

-Hola.

-Buen día, ¿qué desea?

-La semana pasada compré este libro y tiene un fallo inaceptable.

-Dígame...

-Los cuatro primeros capítulos son interesantes pero el último es aburrido y el final previsible. Creo que al autor se le hizo largo y se dejó llevar por la desidia... No lo quiero.

-Pero señora esto es una librería, nosotros solo comercializamos libros, no tenemos que ver con su autoría.

-El libro me lo vendieron ustedes y al no ajustarse a mis expectativas no lo quiero. Si fuera malo desde el primer capítulo no lo devolvería, pero este libro solo es malo al final.

-Es su opinión.

-Mi opinión, eso es. Opinión de lector. Los lectores también tenemos derechos, nadie nos representa (a Dios gracias), pero los tenemos. Y no vengo a discutir, me cambia el libro o me da el de reclamaciones...

-Lo siento, pero no se lo puedo cambiar después de haberlo leído.

-Ustedes deben garantizar los libros que venden, si no me gusta el libro porque no me gusta vale, pero si no me gusta porque el autor se dejó llevar por la desidia... Ahí lo tiene: el libro está en perfecto estado. Ustedes me lo aconsejaron como un libro interesante y no lo es.

-Lo siento, no se lo puedo cambiar.

-Entonces denme el final de otro que sea interesante.

-¿El final de otro?

-Claro, qué no me explico... si me cambia el último capítulo también me vale.

-Consultaré a mi jefe... Uy, mi jefe dice que sí, que le cambie el último capítulo, y le pide disculpas. Ya tenía previsto retirarlo de las estanterías: él también lo leyó y opina igual. Me recomendó el último capitulo de éste, dice que tiene un final sorprendente. Déjeme arrancarle el capitulo y se lo puede llevar sin cargo.

-Vale. Y no se dejen engañar por el primero que se diga autor de talento. Mucho bla, bla, bla... no consideran al lector. Solo quieren cobrar los derechos de autor sin importarles la calidad del libro y su originalidad. Algunos son un verdadero fraude como la propia SGAE.