domingo, 16 de octubre de 2011

Mis hijas desheredadas

Hay un parque aquí en mi barrio... Así empezaba una canción antigua que diría mes hijas. Un día las desheredaré, así no se le habla a un padre por solo tener pelo cano y una piel que rasca, mamá. Que igual ya lo he hecho sin darme cuenta, dejarles sin el patrimonio que mis padres me dejaron a mí. No sé. He de confesar que ando algo despistado. Pero el asunto es fácil, uno anda a los suyo sin importarle todo lo demás. Normal. Si uno se tuviera que preocupar de todo qué. En mi trabajo me gusta delegar funciones. Estoy preocupado y no sé por qué, tampoco a qué asunto empecé diciendo que hay un parque aquí en mi barrio, sea canción o no, si es mentira. Eso sí, lo había. En aquel parque había flores, y, como vivo a orillas del río Xúquer, también había un soto bien hermoso con árboles y cañaverales. Ay, eran otros tiempos. Según los viejos del lugar fueron talados por una apuesta con el progreso: gano el progreso. Cuestión de supremacía, supongo. El hombre en plena confrontación con la naturaleza. Yo, un hombre más de nuestro tiempo, estoy muy ocupado con mis asuntos fundamentales y nada puedo hacer. Es más, y de esto entiendo, es un aniquilamiento mental del medio ambiente, es una obsesión, y ya la salud mental dejó de tener importancia el la SS. No hay camas ni manicomios. Dios mío, entonces, los sueños y las utopías peligran. Hablo de los sueños que congestionan las rutinas de adoctrinamientos más allá de las montañas y los valles de mi tierra, Asturias. Asturias patria querida. Asturias es una tierra bien hermosa que nada tiene que envidiar a otras tan hermosas como ella pero no más. Cada una tiene sus particularidades que la distinguen de las otras, como las mujeres que todas se parecen y ninguna es igual ni parecida, si lo sabré yo. ¡Eureka!, ya sé por qué desheredé a mis hijas. Soy un miserable, cómo he podido hacerles eso a mis hijas si son unas hijas maravillosas a las que quiero a morir. Yo culpable, y otros, que también, porque sin darnos cuenta, o la importancia que el asunto merece, llegamos a aniquilar el medio ambiente. (Quizás un día amanezca y volvamos a la verdad, a la vida por decir. Ojalá aún estemos a tiempo de salvar el medio ambiente).

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