jueves, 20 de octubre de 2011

La pobreza de autor

Nos dicen que cada día que pasa somos más pobres, sin embargo, las estadísticas arrojan cifras que la realidad no avala: los informes deberían ser más selectivos y aclarar que ciertamente somos más pobres, pero que, además, estamos más cerca de la indigencia. Eso sí, también estamos más cerca de la riqueza, porque sabemos fijo quien la tiene. Y son como cualquiera de nosotros, pero ellos aparecen en los medios y dicen que con doce días por año trabajado y un máximo de diez para indemnizarnos sin mucho aquel, tal vez les de  por contratarnos, por crear empleo. No sé, pero mejor sería que nos asesinaran de una vez para dejar de sufrir. Porque morir todos los días un poco no es vida. Ay, creo que arriba empecé demasiado optimista; vale que seamos pobres y que seamos indigentes, pero también somos sin techo. Porque ahora que pienso, no nos queda otra que asaltar las viviendas que casi pagamos; y que por ese casi que no pagamos se quedó el banco con ellas para vivir. Esto es de locos. Las estadísticas son falsos milagros. Apuesto mi credibilidad en ello. (Hablamos el día después). Demasiadas estadísticas, tantas como para desconfiar de ellas. Con menos nos arreglábamos, pero son suficientes para confundirnos. Estos señores especialistas en la pobreza de autor desconocen los niveles de carencia de su propia vecindad. Es descorazonador saber que desde su posición no están capacitados para medir hasta qué punto el pueblo es desgraciadamente pobre e indigente.

2 comentarios:

  1. Viven en una torre de marfil, con los ojos empañados: no pueden ver más allá de sus narices. Para colmo de males carecen del sentido de empatía.
    Un saludo

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