Disfruto de tu mirada que no aprendió a mentir. Disfruto de tu risa que no hace más que sonreírme. Disfruto de tu pelo suelto al viento sin enredos. Disfruto de tu voz, de tus palabras que se explican sin muecas. Disfruto de tu presencia cuando te siento cerca, cuando me dices que ciertamente estás a mi lado y me lo confirmas con un abrazo. Disfruto cuando me dices que me quieres. Si esto no es amor cómo se puede llamar. Aún hoy, luego la calumnia que algo queda, me pregunto cómo he podido vivir sin ti.
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