"Si a uno le dan palos de ciego, la única respuesta eficaz es dar palos de vidente". Mario Benedetti.
Ser normal implica un serio compromiso con la anormalidad. No se trata de decir (yo) soy normal todos los días de la semana, además de ir a misa los domingos con la cara bien alta y dar una limosna al pobre de las escaleras. Es mucho más, ser normal implica renunciar a todo lo que beneficia el crecimiento espiritual y emocional, es ser y no ser, es valentía para demostrar en toda, absolutamente en toda circunstancia, la normalidad ante la anormalidad. Amén.
Ser anormal no es estar sujeto al desorden de la normalidad para hacer de ese desorden ordenadas reglas de conducta. Ser anormal es ser ordenado y tener los asuntos ordenados. Simplemente. Además de no despreciar la normalidad.
Todos, aquí y allá, no dormían el sueño de los justos, sino de los sospechosos. Eso no puede ser... Eso es un chisme... Ni chisme ni sueño. Es la realidad. ¿Adónde vamos a llegar Dios mío? (Ahora siento ganas de llorar).
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