viernes, 28 de octubre de 2011

Mi voto decidido

Un día de estos me tengo que poner en contacto con mi amigo Antonio José para decirle que ya tengo decidido mi voto. Que ya sé a quién voy a votar el 20N, y que me he quitado un peso de encima. Mi decisión tiene que ver con que el Sporting de Gijón ya está en puestos de UEFA. O casi. No, no quiero irme del asunto de mi voto decidido. Decidirme me llevó tiempo, porque en un país como el mío, donde hay políticos en perma­nente reunión sin resultados; un país ideal de dinámica per­fecta; un país donde todo se estudia. Ay, me acuerdo que este verano mi amigo Antonio José definió mi país que es el de los dos, así: "Es el país donde propones una idea y te dicen, eso no se puede, o eso no se debe, o eso no se hace. O deja ya de tocar los... pero cuando no se hace, es porque se pue­de y se debe, y no se hace". El problema de mi país es que sus políticos siempre están reunidos arreglando sus asuntos. Hablo en serio, tiene razón mi amigo: "Este es el único país del mundo donde puedes proponer lo que quieras y generalmente nadie te contesta, y si te contestan te dicen: "Precisamente estamos estudiando un proyecto tal la idea que propones para llevarlo a cabo en breve". Porque todo son ideas magníficas en campaña electoral. En mi país todo se ha­ce previa consulta con los técnicos, un proyecto, y una partida económica que no existe; un país donde todo se estudia para no implementarlo. En fin, lo que quiero decir es que a mí me gusta mi país porque los dueños de los partidos políticos me dicen que pronto, muy pronto, seremos felices, y eso me da consuelo. Le tengo que decir a mi amigo Antonio José (eso sí, que no lo comente, o sí, a fin de cuentas el voto es secreto), que votaré a los mismos que él. Quiero que sepa que vuelvo al hogar porque casi estamos en Navidad.

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