Corren malos tiempos para la mujer... La mujer es la mitad de la humanidad y representa al cincuenta por ciento restante. Abuelas, madres, esposas, hermanas, hijas, amigas... Yo tengo casi de todo; tengo justo la mitad: me considero un hombre afortunado. Es mi colindancia más querida. Las cuatro son mujeres. No cambiaría uno solo de sus cabellos por nadie ni nada. Se sabe, todos sabemos que la mujer es todo en la vida de un hombre, pero no todos lo reconocen. Ni su valía personal. Cuesta entender que muchos de los problemas de las mujeres sean por Violencia de Género. Por un hombre que desprecia la dignidad de la mujer, que la maltrata física y psíquicamente. Un hombre y una cultura machista olvidada de los derechos de la mujer, difícil camino por recorrer. Una mujer reducida a objeto oscuro de un deseo. No hablo de liderazgo, ni tampoco de igualdad, hablo de dignidad. La historia de Violencia de Género está ahí, no hace falta consultar las hemerotecas ni retrotraerse en el tiempo. Cada día los medios nos hablan de malos tratos. Violencias. Es una lacra. El papel que la mujer juega en el mundo es indispensable. Necesitamos su coraje, su voz de aliento, su amor, su generosidad y su grandeza. La familia sin el calor de una mujer no es familia ni nada que se le parezca. La mujer que suma, la mujer que ama, la mujer que huele a rosas: La mujer que es poesía. Allí donde la mujer está representada, la sociedad toma una perspectiva distinta, es más pacífica, es más confiable: más humana. Un hombre y una mujer nada tienen que ver con feminismo y machismo. Somos seres humanos que tenemos por encargo crear una sociedad en base de igualdad. Y el amor tiene que ver en el cómo.
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