Corren tiempos de extrema aflicción

La que termina fue una semana preñada de malos tratos y quereres, malos rollos, malentendidos quizá para la amistad. Fue una semana difícil. Si pudiera la habría borrado del calendario; creí que no llegaba al viernes: un viernes espero de fiar.
 

Comenzó como cualquier semana pero el mismo lunes se tornaba a peor según avanzaban las horas. Parodiar una amenaza por parte de una amiga sin ninguna intención que no fuera la de hacerme daño no es de buena gente (para qué decir amiga habiendo enemigos). Y al pasar las horas aparecieron las envidias, los celos y lo peor, que yo debiera ser joven y guapo, además de importante. A mis años ser importante en la vida es imposible. A mis años la gente se muere importante o no, pero se muere: la vida no da para más.
 

No es que me importe haber llegado a los años altos de mi vida sin alcanzar el éxito, ni el camino siquiera. Pero las circunstancias en los tiempos que corremos son las que son: solo triunfan los hombres y mujeres de éxito. Y si quieres vivir, tienes que pedir favores a una amiga de éxito, un favor laboral le dije, y no para mí... Entendería que me pidiera un expediente académico con unas características concretas, pero que yo tuviera que ser joven y guapo, además de importante... Si fuera importante no hubiera molestado a una amiga pidiéndole un favor. El favor que pedí a una amiga era laboral y dijo no con excusas de mala pagadora, corren malos tiempos para trabajar, para el amor y las amigas del alma. En estos tiempos de extrema aflicción si no eres nadie te tienes que morir...
 

Una amiga imagina (sin conocerme) que tenía un amigo del alma joven y guapo, importante y con buenos contactos... Y yo qué sé lo que una amiga del alma creía que tenía... Si así fuera, sería un político y estaría en la Cárcel de Soto del Real (Madrid). Pero al fin es viernes de fiar y todo se acabó, la amiga, el favor y una esperanza. Esta noche brindaré por ella, por los viejos tiempos, pero más por los nuevos...
 

Cuando la mente explora otros caminos, se ve llevada a ideas que yacen más allá de la razón. La rueda puede conducir nuestros pensamientos hacia el concepto de un sol necesario, pero en ese punto, la razón tiene que admitir su incapacidad; el humano ser es incapaz de definir su origen. Hagamos más humana la realidad con lo que ignoramos... No hagamos del círculo un conjunto vacío. Un infinito circulo cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna.