Le escribo a una dama, que es mucho más que
una mujer, para decirle que pude olvidarla y no quise. Porque quiero soñar con ella en las noches desveladas; porque no la quiero humana: a esa dama yo la quiero poesía. Y donde quiera que esté, porque está,
siempre está cerca de un mar, aunque no sé donde, para ella estas
letras en el día elegido por el azahar para ser poesía.
Esa mujer, que fue musa de los poetas del mes de abril, y dama antes que poesía,
es verdadera y resuelve, porque también es
esposa, madre y abuela, problemas sin sueño, y siempre está dispuesta de
manera especial para La Bella, que es la esencia de su vida.
Esa mujer, se deja ganar halagos
por su esposo como una adolescente, y es tan verdadera como esa
gota de rocío que resbala cada mañana por las hojas para caer al suelo y
ennoblecer la tierra que da vida. Es fuerte ante las
adversidades y no se deja amedrantar frente al dolor; es sabia como
los viejos de toda la vida y tierna como una abuela frente a una sonrisa de su nieta. Trabajadora incansable, no le atrae el
dinero más que lo justo para vivir, ni el protagonismo de nadie, ni las teorías propias del feminismo radical, pero sabe cómo
hacerse respetar en el mundo machista que le
ha tocado vivir. En su educación, fue fundamental su marido, comprensivo e inteligente, que le enseñó a ser dueña
de sí misma sin dejar de ser apasionada en el amor. Está enamorada y nunca pierde de vista un
mar. Dice que existe un camino orientado al Este que es por donde sale el sol, y que un día lo andará, pero eso no lo sé de
cierto. Ese marido respetuoso y padre de sus hijos, es
imprescindible en su vida. Le enseñó además a ser y estar sin perder sus ansias de mujer, su vocación por la vida y dejarse llevar por la imaginación. Es su marido, el despertar a su lado entre
sábanas blancas de algodón egipcio. A la edad justa que aparenta, sabe lo
suficiente para amar y enamorar. Y estar con el amor de los demás sea cual
sea su origen y condición: nunca fue hipócrita. Respeta las ideas de todo el mundo y cree ciegamente en el humano ser... Ruego
disculpen tanta redundancia, pero ella es lo más parecido al amor
que conozco.
Y puesto que esa mujer a partir de hoy será poesía, y musa de los poetas de todo el año, y fortaleza a la hora de dignificar al humano ser enfrentándose a la tiranía de los poderosos, ante la devoción que siente los amantes del amor por la santa poesía, y por delegación de los poetas muertos que solo ellos pueden
conceder, tendrá dones como dar luz sin ser sol, esperanza sin ser
amanecer, fe sin conocer el miedo, caridad sin conocer la envidia, y así
para toda la vida, porque esa mujer ya es poesía. Flor de María.
Amén.
Que bonito te expresas de esa mujer, te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo
Ojalá pensara como tú... Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.