viernes, 26 de julio de 2013

Fue tan larga la mañana...

Fue tan larga la mañana... que creí que ya era sábado. Y no, porque mi esposa me acaba de decir que va a misa y que ya me avisará por teléfono para ir a cenar a la avenida con los amigos de los viernes. Por cierto, también son los amigos de los sábados... El resto de la semana no me relaciono con nadie. Es una suerte tener amigos. Lo que no es tanta suerte es creer que es sábado siendo viernes. Es mi reloj biológico. Tendré que llevárselo al biólogo para que lo revise. Digo biólogo y tranquilamente podría decir relojero, porque no tengo la más mínima idea de lo que es un reloj biológico... La RAE dice que "la biología es la ciencia que trata de los seres vivos". Y del reloj que es "una máquina dotada de movimiento uniforme, que sirve para medir el tiempo o dividir el día en horas, minutos y segundos". Entonces, vale la canción de "reloj no marques las horas", para quedarse a vivir como seres vivos... "porque mi vida se apaga...".
 
Taciturno, de pocas palabras, cuando salgo los fines de semana a cenar con los amigos a la avenida me cuesta hablar. Hago un gran esfuerzo para hablar... Hablar hablo, pero me cuesta. Tal vez un día los introvertidos del mundo nos de por hablar todo lo que hemos callado y el reloj (biológico o no) marque las horas y se acabó. (Lo que no dejaría de ser penoso).

2 comentarios:

  1. Aquí apenas ha pasado el mediodía y ya quiero que llegue la noche, mi reloj biológico está descompuesto, el tuyo al menos tiene reparación.

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  2. Desconcertado tal vez. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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