Reconozco que
soy torpe de entendederas. Porque me explican lo que no entiendo, y
con tal y con esas, no dejan de sorprenderme... No soy mala gente, solo torpe
de entendederas. Y podía vivir sin complejos si no me lo recordaran
a cada minuto. Hay gente que no se realiza si no se mete con quien
puede. Que es más débil y menos resistente. Quien no
aguanta más tanta decepción está harto de que mientras quiere ser más
consigue ser menos. Y en ese plan.
A quien quieres se está alejando de
ti... Solo te digo eso. O más, que ya la has perdido para siempre.
¡Joder, dona, joder!. Y eso que solo dice eso o más. De ahí que
haya cosas que me explican y no dejan de sorprenderme.
Incluso me han llegado a confirmar que cuando la vanidad canta el
amor se calla. Nada puede ser más traicionero para el amor que sucumbir
a la vanidad. Por el bien de las relaciones interpersonales, no
debiéramos escuchar cantos de sirenas. Por el bien del buen amor, no
permitamos que la vanidad ahogue los sentimientos más nobles, que en
definitiva son más hermosos y benditos. Por favor, llenemos nuestras
vidas de felicidad. Y si por un aquel nos encontramos con quien nos
necesita pero no sabe o se atreve a decirnos, démosle tiempo. La vanidad solo sirve
para paralizar los sentimientos del corazón porque envenena nuestras
utilidades. Olvidémonos del ayer perjudicial si de verdad queremos
proseguir y desechemos el rencor de nuestras vidas,
saquemos la vanidad de nosotros. Nadie es más por sí mismo.
Ojalá la vanidad no existiera pero existe y hay que aprender a vivir con los que lo son o mas bien mantenerse a raya. No me considero vanidosa -no tengo de que presumir- pero si lo soy espero darme cuenta para resolverlo.
ResponderEliminarUn saludo