domingo, 7 de julio de 2013

Síndrome de dona

Un día no me levanté a mi hora acostumbrada porque me acosté muy tarde el día anterior, por aquello de un gin tonic, otro gin tonic, más gin tonic... y las malas compañías, también porque había dejado la casa patas arriba y a mí limpiar la casa no me gusta, soy más de que lo hagan por mí. Precisamente ese día, venían a casa unos periodistas para entrevistarme sobre mi última obra literaria. Y cuál no sería mi sorpresa al levantarme, y comprobar que dona había organizado y aseado la casa: su sofá, y la cocina, y el salón, y los cacharros fregados. Había devuelto a la casa su estado más impoluto. Si hubiera sabido subir fotos a Internet lo habría hecho para que lo viera todo el mundo. No sé cómo funciona, son mis hijas las que suben y bajan fotos. No sé de redes sociales. Acaso porque no soy sociable, que una amiga me dice con ironía y mirada angelical: ¿haciendo amigos, verdad? Qué sabe nadie... ¡Joder dona, mira por dónde andan mis memorias!. Y eso que hace casi un año, relativamente: hablo de dona, evidente, porque todo era relativo entre nosotros. Sería mejor no seguir en este plan porque ayer una amiga me insultó por protagonizar las conversaciones más tristes y soporíferas de la historia en las mañanas de los blogs literarios. Igual debiera cambiar y ser más tolerante en vista de que no puedo olvidarla... O cerrar consulta e irme de vacaciones el mes de julio.
 
Dona me podía decir mil veces al día que me quería con su cola en acompasado movimiento, pero el hecho de que aquel día me limpiara la casa valió más que mil "te quiero". Para mí siempre será más importante que me demuestren amor a que me lo expliquen... De la misma forma sabía de dona, y ella prefería más que le doblara el pienso que le reconociera sus obras con palabras de agradecimiento. Cada cual es como es. Para dona el que yo le reafirmare mi cariño a través de las palabras era esencial, pero solo para dormir. Ella era más de doble pienso cuando me sentía agradecido por algo que había hecho bien. No, no sé, pero creo que hablábamos diferente idioma. Un ejemplo: yo estaba leyendo un libro de poesía mientras ella roncaba, ¿le faltaba sensibilidad? No, claro que no, porque dona era sensible en sueños. Yo me comunicaba con palabras en un idioma que ella no entendía. Mientras que ella se expresa con ronquidos (idioma igualmente) que yo no entendía. A ella la poesía no le interesaba (aunque ella era poesía), prefería doble de pienso. ¿Quería eso decir que no nos entendíamos? No, simplemente no hablábamos el mismo idioma; en el fondo nos entendíamos y no podíamos pasar la una sin el otro, ay. Lo más importante en una relación es la comunicación. Pero la comunicación entre dos es como es: yo le podía dar un mensaje a dona como a mí me gustaría que ella me lo diera, pero mi estilo de comunicación no era el suyo. Tal que yo le hablara en castellano y ella me contestara en chino mandarín.
 
Un domingo de ir a misa, porque ansío la resurrección de los fieles difuntos, de soslayo aconseja aprender idiomas, pero si por un aquel de la vida y sus descuidos no tienen la cabeza amueblada, simplemente aprendan el idioma universal del amor en silencio. (Si sientes que tú y tu Carmen bella no estáis bien comunicados, observa en el silencio. Puede que mientras tú le dices que la quieres, ella prefiera que te calles). Si tienen dudas busquen en los libros, todo está escrito. O como último recurso siempre les quedará París... Por cierto, el periodista no vino ni me llamó para disculparse. Seguro que le salió alguna exclusiva de adulterio o enredos políticos. (La literatura no interesa).

2 comentarios:

  1. Yo aprendí el idioma perro porque puedo comunicarme más con ellos que con la gente, ¨Mientras más conozco a la gente más quiero a mis perros¨ ellos si me entienden, con un lengüetazo o una movida de rabo me dicen que todo estará bien y así será.

    Dona sin duda dejó gran huella en ti y la admiro por ello, no la olvidas. En el cielo de los perros espera con paciencia perruna el día en que te reúnas con ella -lejano esté espero- y volver a estar juntos los dos.

    Olvida a los periodistas no vale la pena recordarlos, si la literatura no interesa estamos de sumo jodidos en este mundo vil.


    Buen domingo de soslayo.

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  2. Igualmente. Muchas gracias. Beso.

    Salud

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