Cuando escribo imagino historias y las
echo a andar. La que hoy me ocupa, es la historia de una mujer
protagonista de su propia historia que pasa por un proceso depresivo triste de morir.
Cada día vive la misma experiencia y dale. Paso a paso,
lentamente se encamina hacia la muerte. Es una mujer autodidacta. Es
una mujer que cuando se lee su historia da pena. Siempre lo mismo,
cada día más triste que el anterior. Hasta que, como los cuentos
infantiles de hadas, un día apareció en su vida un príncipe azul y
cambió la tristeza por amor. Y se sintió feliz, y creyó de nuevo
en el amor amigo. Pero su historia estaba grabada con sangre en su piel, y
a pesar del príncipe azul, sus día no cambiaron, seguían siendo
igual de tristes. Estaba escrito: la mujer protagonista de su propia
historia se tenía que morir de pena y enfermedad.
¡Joder que pena de historia!, pensó
el príncipe azul. Y poco a poco se fue alejando porque aquella
mujer contagiaba su tristeza. Y el príncipe no estaba para penas
ajenas, con las suyas ya se arreglaba. Y se fue dejando una semilla en
el corazón de la mujer que no tardó en germinar. Fue entonces
cuando aquella mujer cambió la tristeza por la incomprensión ¿por
qué? ¿Por qué apareció en mi vida y luego de enseñarme su
corazón se fue? Si yo era tan estupenda antes de conocerlo y ahora
qué... Todos y todas lo decían: "eres una mujer
estupenda, tu vida es una pena de vida pero tú eres estupenda,
aguanta, sé fuerte. Eres nuestro ejemplo de valentía ante las
peores circunstancias. Ay, cómo nos gustaría, llegada la enfermedad y la pena
a nuestra vida ser como tú".
El príncipe se fue alejando pero nunca
dejó de mirarla de soslayo... Él la quería, pero no
triste de morir. Y un día le dejaba una palabra de amor en el
aire... Otro una palabra y un adiós... Otro una pregunta sin
respuesta... En ese plan hasta que la desarmó por completo. Entonces,
simplemente se trataba de reconstruirla a su imagen y semejanza. Así fue como dando tumbos entre la incomprensión, el amor, y la
palabra escrita, un día por casualidad (como ocurre en el amor)
abrió una caja y encontró una fotografía suya de antes en la que
realmente era feliz. Antes de que la tristeza, el dolor y la enfermedad
transformaran su vida. Y se dio cuenta que por inevitable la
situación que vivía no la impedía ser feliz. Que ella a la vida le
debía lo justo. Y que quería volver a ser la misma de la fotografía. Y fue en busca de aquel príncipe azul que nunca
la abandonó y le dijo que su historia sería otra. Que no tenía
claro por qué se había alejado de ella, el por qué de su
comportamiento, pero que su historia ya sería otra para siempre. Y a la primera persona que le dijera que era
una mujer estupenda con todas sus miserias le partiría la cara. A otro perro con ese
hueso. Y sin más se puso a escribir otra historia para su vida
verdaderamente interesante y feliz. (Y se acabó).
En la mañana pensé al leerte, ¡Que mujer tan patética! Mira que ser triste siempre, es muy malo por eso el príncipe - antes de besaría- se escabullo entre los matorrales no vaya a ser que a el también le de por escribir historias patéticas.
ResponderEliminarY luego eso de que quisieran ser como ella, no no no no, mal plan. La vida debe vivirse plena y feliz y sino ¡Amonos a la jodida! Para tristezas las mías.
Y ese príncipe ¡Benito sea! Supo alejarse a tiempo porque seguritititito esa mujer va a seguir escribiendo tristezas por muy feliz que sea o haya sido, yo digo no se igual y me calla la boca.
Final feliz, el príncipe se va en busca de una verdadera princesa alegre y feliz. La dama siguió feliz pero escribiendo tristezas. Y todos felices.
Es posible que hoy mo me hayas leído, o leído otra historia y la confundas. No importa. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Es posible, volveré a leer, cuando te leo muchas veces entiendo perfectamente. Voy a leer de nuevo, perdón entonces.
ResponderEliminarLindo Día , , ,
ResponderEliminarLa felicidad es subjetiva,así como la tristeza
entonces cada quien es feliz a su manera e infeliz a la propia.
el príncipe se aleja . . será que le desagrada que se conmisere la autodidacta
escribe historias tristes y puede escribir más que la miseria que le acompaña
me surgen tantas y tantas preguntas para poder desglosar
tan falta de amor así misma
de cualquer forma . .
es linda e interesante historia.