Somos la
generación mejor informada para bien o para mal. Se diría que estar
bien informado sería para bien, pero con el asunto este del analista de la
CIA Edward Snowden, no está la cosa tan clara. Uno sabe lo que sabe. Casi
siempre lo que le enseñan. Pero no todo nos lo enseñan en la
escuela. Dicen que la mejor escuela es la vida. Lo que no sabía era que lo que se aprende, bien sea en la escuela o en la vida no se podían contar. Yo lo
hago cada día y nadie me secuestró ni me llamó la atención, tal vez porque a nadie importa
lo que sé y cuento. He de confesar que no soy de decir siempre la
verdad. Llegado este punto, estaría bien preguntarse si lo que sabe
Edward Snowden es verdad, y si lo es por qué no lo puede contar...
Edward Snowden a
elegido Venezuela para quedarse, allí lo acogerán y ojalá
le vaya bien. Pero tener a los EE.UU. de enemigo no puede ser nada
fácil de llevar. Él sabe cosas que ellos no quieren que las cuente,
aseguran que es una amenaza nacional; pero si atañe a países
amigos y aliados no sé por qué de la amenaza. Ni por qué los EE.UU. nos
tuvieron que investigar. EE.UU. es mucho EE.UU.
Estas vergüenzas
vinieron con la globalización. Ahora todos somos uno, no hay ideales
ni religiones, ni fronteras, ni intimidad en la casa del
señor corriente. Dicen que un ordenador mayor que el de Hacienda nos
controla. Pues si ellos saben lo que hablo por teléfono y
con quién, y otras cosas que me cayo pero que ahora temo que salgan a
la luz, yo quiero saber de ellos para contarlo. Sin embargo, a mí ellos me importan un
carajo, entonces, solo quiero que dejen de espiarme.
El riesgo de
nuestros días es la nula interacción entre la ética, la
conciencia y el poder que siempre aplasta al
débil. Ya lo advirtió Cicerón: "nada perturba tanto la vida
humana como la ignorancia del bien y el mal". Nos dejamos llevar
por los mal llamados progresos que vivamos y no son más que un retroceso
sin precedentes al dejarnos dominar por falsos salvadores. La oscura sensación de vivir vigilado por unos ojos
siniestros. Una vida vacía de intimidad, crecida por la posesión
de la información de los demás no es una vida plena de libertad. Entonces, ha
llegado el momento de reflexionar acerca de la intimidad y construir un
futuro más auténtico, socializador y respetuoso.
(Espiar al amigo no está bien, que otra cosa sería a la amiga).
Sí pero eso no es tan fácil, no obstante me parece muy bien esta puntualización. Besos.
ResponderEliminarSupongo espiar a la amiga... Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Tu espías a las amigas -espero que estén dos-dos para que valga la pena- y yo espío a los hombres guapos de corbata.
ResponderEliminar¿Chido no?
Corbata con este calor... uf. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Acá el cielo está lleno de nubes gordas a punto de desnudarse así que la corbata no estorba o sepa la bola nunca he usado una.
ResponderEliminarNo hay nada como una buena corbata de seda para guarecerse de la lluvia. Es cierto. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Jajajaja me haces reír.
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