"Los
tristes de morir contagian su melancolía, cada día muero un poco
con ellos. ¡Triste vida la mía!".
Vivimos
una vida que se va haciendo insoportable; los
inaplazables asuntos: la supervivencia. Vivimos ahogándonos en
nuestros propios compromisos. Un triste de morir no es un lamento que
contagia su melancolía, es la consecuencia de un suceso que obliga a la
reflexión... Se trata de vivir menos agitados. Si fuéramos capaces de
desechar el tiempo que malgastamos en cosas banales, adquiriríamos un
reposo mental que nos permitiría ser más conscientes de la realidad
y quizá así lograríamos estar en contacto con el "yo"
superior y con nuestras energías vitales que algunos creen sobrenaturales...
y solo son contactos normales con la esencia de la vida. ¡Vive la vida y déjate de chorradas!.
Muy bien, te felicito, bien dicho.
ResponderEliminarEres muy amable. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.