Tengo miedo
Tengo miedo. La
tarde es gris y la tristeza
del cielo se abre
como una boca de muerto.
Tiene mi corazón
un llanto de princesa
olvidada en el
fondo de un palacio desierto.
Tengo miedo -Y me
siento tan cansado y pequeño
que reflojo la
tarde sin meditar en ella.
(En mi cabeza
enferma no ha de caber un sueño
así como en el
cielo no ha cabido una estrella.)
Sin embargo en mis
ojos una pregunta existe
y hay un grito en
mi boca que mi boca no grita.
¡No hay oído en
la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en
medio de la tierra infinita!
Se muere el
universo de una calma agonía
sin la fiesta del
Sol o el crepúsculo verde.
Agoniza Saturno
como una pena mía,
la Tierra es una
fruta negra que el cielo muerde.
Y por la vastedad
del vacío van ciegas
las nubes de la
tarde, como barcas perdidas
que escondieran
estrellas rotas en sus bodegas.
Y la muerte del
mundo cae sobre mi vida.
Autor: Pablo
Neruda.
Hago
un paréntesis en mi escribir de algunas, que es mi alimento diario, para
confesar que en ocasiones me siento feliz a la vez que infeliz, y que tengo miedo. Necesito verdadero calor humano. Necesito abrazarme a la mejor compañía. Y si por elegir fuera quisiera tener a mi lado una amiga de antes... Nostalgia. Por circunstancias que
nunca llegué a comprender un día dijo no y se fue. Hoy hago un
paréntesis en mi cotidianidad para decir que la echo de menos:
me gustaría que estuviera a mi lado. Llegó a ser una verdadera amiga del alma. Un desahogo para de soslayo. Eso de
entregar el alma a quién no quiere administrar un querer es un
fraude y debiera estar penado por ley.
Sería una paradoja sino fuera una pena mía.
Ha llovido mucho entre nosotros... Mucha agua ha caído, tanta
que la tierra está preñada de barro. Pero no llovió engaño que
nunca hubo. La vida a veces es una mentira, es mucho más que un
tango o un bolero, pero nunca entre nosotros un hubo engaño... El
gaucho Yupanqui cantó: "Si canto no es que estoy alegre, que
soy como el colibrí, que si no canta se muere". Y es cierto, si
no te escribo muero. (A esto, María, la Magdalena, le dice Amor).
¡Vaya!
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