viernes, 25 de enero de 2013

Un viernes de mercado

Hoy me he propuesto tener una excusa para poder elegir, y elegí vivir el día sin darle importancia a las cosas que no la tienen... y ser feliz.

Para que un viernes sea de fiar y la noche no me desvele, hoy me propuse ir al mercado. En el mercado siempre hay rebajas (y carteristas) y cosas estupendas. Cosas inútiles pero bonitas. Antigüedades. Mujeres todas a ellos (a los trapos). Los hombres somas más de ir de acompañantes, o solos con el fin de matar la mañana. Y almorzar un bocadillo de bacalao con ajo aceite: el bocadillo que no falte en un viernes de mercado.

Empecé disimulando. Es cierto que fui al mercado, pero aprovechando que mi esposa iba a hacer unos recados. Ay, dona, me dejó allí y se fue como quién deja un paquete a la puerta de Cáritas. Con lo que le gusta a mi esposa el mercado si me apetece ir con ella no va. Yo le digo que si no hay obras civiles, o municipales, o pisos en construcción, o tan siquiera reformas que dirigir, ¿qué puedo hacer sino ir al mercado? Rajoy culpable. Y mi esposa que ya no me quiere: "mejor sola que mal acompañada". Así las cosas. Y aún así, fui con la noble intención de comprar algo para regalarle. Y lo encontré, era una tabla con mensaje para colgar en la pared, dice así:

"Sueña más; lamenta menos". "Escucha más; habla menos". "Relájate más; preocúpate menos". Ten esperanza; teme menos". "Ama más; discute menos". "Comparte más; trabaja menos". "Cree más; duda menos".

Un día de mercado (o de playa, qué importa) es estupendo si ocupamos la mente en visualizar metas positivas y soñar con alternativas a esta pena de vida que Rajoy nos proporciona, si le robamos tiempo a las miserias que nacen de la realidad de algunas cosas. Se trata de hacer un esfuerzo en controlar lo negativo y dar rienda suelta a lo positivo.

Es fundamental elegir las batallas que tenemos más posibilidades de ganar. Se trata de ver el día desde otra perspectiva: "la luz al final del camino". Cultivar la esperanza y no permitir que nos pasen de soslayo una mirada y una sonrisa. Conectarse con los que mantengan un compromiso firme con la vida. Y ser feliz.

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