Un país de estraperlo, de trueques, de sobres por debajo de la mesa no es un país que se le pueda tomar en cuenta. Vendría bien una clase dirigente honrada a un país con marca propia: España. A este país la clase dirigente no lo respeta. Éste es un país herido de muerte y el gobierno lo sabe. Más que nada porque él lo está asesinado.
El pueblo pierde calidad de vida, sus derechos fundamentales, el Estado de Bienestar, y mientras, la clase dirigente legitima lo ilegítimo cuestionando la legalidad. Hacienda somos todos. Nos lo hicieron creer. Elemental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario