"Y pensar en quién le ha sobrevivido con su figura de triste mirada y su flor de trinitaria celta colgada en el cuello".
No sé tú, pero a mí me parece que abunda la vulgaridad. La vulgaridad que penetra por los entresijos del disimulo.
No sé tú, pero yo me siento trastornado por tanto diálogo sin fundamento.
Detrás del verbo hay más misterio de lo que conocemos; mientras más ahondamos más dimensiones nos provee, por eso el amor es una pesada carga cuando no se le permite coordinar los elementos para desarrollar sus benditas necesidades.
Las sombras cubren el horizonte y se estanca la versatilidad de esa fuente inagotable... Amor.
No sé tú, pero yo estoy harto.
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