jueves, 17 de enero de 2013

Bendito Amor

"Primero yo, luego yo, y después... veremos". Una amiga me dice que está harta, que el amor ha sido demasiado injusto con ella y que nunca más. El "Yo" de mi amiga no es lo que parece, ella es joven y no sabe que a pesar de lo pesares, si hablamos de amor, es mucho decir "nunca más". Pero tiene razón, si mucho se ha sufrido, es muy doloroso y lento el proceso de olvidar. (A una amiga le falta poesía en su vida para que le explique).

No tenía tema para escribir, y una amiga me dice (no se puede temer a los muertos y llorar por ellos cuando los enterramos) que escriba sobre mis amores. Y no me importa, pero de mis amores apenas recuerdo. Supongo que mis amores fueron y son como los de ella o cualquier otra persona.

Amor... Desamor... El grado de desamor está más relacionado con el orgullo que con el perjuicio que nos ocasiona en el alma. Amor... Todos empezamos a querer a una edad temprana para tener tiempo a rectificar y saber cómo es en realidad el verdadero amor, a diferenciar un "te quiero" apresurado antes de asumir un compromiso. Que tener hijos y luego darse cuenta de que "aquello" no era amor... Se trata de tener las cosas claras cuando se toma una decisión de ese tipo. Tener claro que se está enamorado hasta las trancas, quiero decir.

Los amores son parecidos, los que tuvimos, no los que creímos tener maravillosos. Esos enseguida nos damos cuenta de que no eran más que cuentos de hadas. A todos pasa que, por más besos, nunca se hacen realidad los sueños... El amor, a veces nos da la primera lección a través de primerizos, otras de alguien experimentado, sea como fuere, quedamos listos para conocer el exclusivo amor. Ese amor que define nuestros apetitos sexuales; ese amor con el que maduramos y nos volvemos grandes, que a enamorarnos aspiramos todos. En el amor ocurre que la mejor de las amantes puede ser la peor de las esposas: más vale ayudar a crecer que encontrarte con una mujer "crecidita" que te vea pequeño a su lado. Lamentablemente también podemos engañar sin pretenderlo: la primera impresión es similar a la última, porque el amor de tu vida no es amor si no pasa la prueba de permanecer a tu lado más allá de un desengaño o un trauma grave. El caso es que enseguida nos damos cuenta que el amor es uno de nuestros mejores maestros cuyas expectativas mejoran con el paso de los años. El amor nos enseña a perdonar, a intentarlo de nuevo, a tolerar y a reírnos de las cosas que antes nos hicieron llorar... Y también nos enseña que, cuando más creíamos saber sobre él, menos sabíamos. Ese algo ubicado en el estómago cuya fuerza ha llevado a proezas humanas increíbles, nos enseña y educa, nos hace mejores, y se llama amor. Bendito Amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario