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El hecho de que todo sirva y nada a la vez para solucionar un problema, según quien lo explique hace que nada nos tranquilice. Hablo de salud para decir que no se puede ser un perezoso mental. La mente a mi me supera. Sin embargo, siempre digo que la controlo, pero solo es lo que digo y a veces pienso. Ella sabe que no, que me controla, y que soy un estúpido al pensar lo contrario.
 

A un inconsciente mental con prisa que no sabe ni se imagina cómo actuar ante la adversidad, un estado de ánimo depresivo lo está matando. Le digo que no quiero eso para él (ni para mí, oiga). Y al final siempre acabo igual: endemoniado con mi dualidad, esquizofrenia o como se llame. (Precisamente donde nacen los sueños nace la negación del ser. Pero el que suscribe todavía no ha muerto. Y su palabra permite recordarlo cada día).