El padre de mi psiquiatra ha muerto. Lo siento, que en paz descanse. Lo siento de verdad, señora.
Su padre. Y empiezo a recordar nuestros silencios entre
alguna frase perdida... Ella quiere entrar en ciertos episodios de mi
vida pasada. Y yo no entiendo. Ni tampoco qué interés puede tener mi
pasado sobre mi salud mental. Si yo antes estaba de los más feliz con
todas mis anomalías, es ahora cuando se han sublevado y me han
echado a perder. Así las cosas. Es ahora y no antes
cuando más la necesito. Y ella dale y dale con mi pasado. ¿Por qué
tanto le importará mi pasado? ¡Me cabrea esta señora, joder!. Además, no es que no le quiera contar, es que no recuerdo nada.
Es Rajoy, porque me temo lo peor. Y es el padre muerto de mi psiquiatra. Lo cierto es que mal empieza
el mes de agosto para mí... Hoy tendré que ir antes de lo previsto a llorar a Les
Seniaes. ¿Algún día este país y otros desvelos me dejarán vivir
en paz? Desde lo más enajenado de mi alma pido que me dejen vivir en
paz.
No eres tu, es tu psiquiatra la que necesita ayuda.
ResponderEliminarAl menos cariño. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.