miércoles, 21 de agosto de 2013

¡Qué gracia, estamos vivos!

Hablamos cada día y no nos conocemos.
Hay un mar que bien pudieran ser tres o más de por medio,
una cultura de egos enfrentados
-además de alejarse de sus bases populares-
y un amanecer de espera sin prisas al otro lado
para contarnos nuestras cosas...
Huellas del pasado que forjaron tristezas y alegrías,
y algún sol limpio de nubes con una burla socarrona encubierta.
La brisa de un mar trae arena tramontada en su remolino,
es arena de playa con huellas de un affaire romántico,
discreto pero apasionado.
Sentados frente a frente cada día hablamos y no nos conocemos,
jamás nos hemos visto y nuestros pasos ya son pareja de baile.
Repican las campanas con mi aliento y tu cuerpo en la distancia,
repican, ya ves, y no nos conocemos.

3 comentarios:

  1. Ya ves,
    un mar tan grande como el algo extraño
    de dos que no se conocen
    bailando al son del un dos tres un dos tres
    con manos entrelazadas
    en un tiempo que no será...
    en esta vida.


    Bonito, ¿No?

    ResponderEliminar
  2. No sé. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

    ResponderEliminar