Gorriones presos de un mismo viento...

"Decir amigo, se me figura que, decir amigo es decir ternura. Dios y mi canto saben a quien nombro tanto". El Serrat dice amigo y yo digo amiga. Sentimiento el mismo.
 

No me cansaré de cantar a la amistad amiga. Al amor y la santa poesía. Aunque a veces sea cansino el tema. Y lo será, pero la realidad mata. Así que mejor cantar a la amistad y no a la realidad.
 

Cuando un amigo se va... Uy, primero el Serrat y ahora Alberto Cortez. Lo mío es mucho cuando echo la imaginación a andar. Es agosto y el calor. La canícula. Las amigas idas. Las que van naciendo pero no se atreven... Los amigos estamos devaluados. Igual debiéramos cotizar en la Bolsa de Valores. Eso estaría bien, así nadie se llamaría a engaño... -¿Cuanto vale ése? -Al cambio cinco duros. -¡Anda ya!, con tres ya te vale, y ahora, ojito, antes de que me arrepienta... No, en la Bolsa de Valores suena a muy serio, y un amigo ha de ser alegre, mejor en el mercado de los viernes... Todos los viernes de fiar en el mercado en busca de un amigo. Sería a precio tasado. Que no al peso. Sería según la edad. Yo quiero una amiga joven y hermosa, y con una sonrisa que levente el ánimo a los muertos. Por una sonrisa yo pagaría un plus. Un porciento sobre el precio tasado. La mirada de soslayo la dejaría para más adelante si ella quisiera.
 

Según se está poniendo el asunto de la amistad acabaremos llegando sino a esto a algo parecido... Sí. Vamos situando nuestros sentires en servicios de urgencias. ¡Joder, dona, qué fuerte!. Por mucho desaliento, por mucho silencio, por mucha soledad... aún vacío de contenido el alma, nada justifica un amor de urgencias en la noche desvelada. Mezclo la amistad con el deseo al peso. ¿Y ahora cómo salgo de esta situación? Pero hay gente que no tiene una amiga o un mal amigo con un brazo pegado a un hombro. Es que hay gente sin consuelo, sobretodo en los años altos de la vida que sino las arrugas el pelo cano, sino el amor la santa poesía que es la vida. Porque es la vida solitaria. Qué lástima llegar a viejos sin una amiga del alma a quien poder cantarle: "Decir amigo, es decir lejos y antes fue decir adiós. Y ayer y siempre, lo tuyo nuestro y lo mío de los dos. Decir amigo, se me figura que, decir amigo, es decir ternura. Dios y mi canto, saben a quien nombro tanto". (El noi del Poble-sec). "Gorriones presos de un mismo viento... tras un olor de mujer".