La pobreza de la subsistencia (I)

Es una realidad continuada: el hambre y la enfermedad en el mundo acabará por azotar la humanidad si no lo remediamos a tiempo y entre todos. 

 

Sería interesante mirar de soslayo una realidad continuada que pasa de castaño oscuro a una gran desesperación. Pero si no se hace a nivel mundial será solo un desconsuelo.
   

La alegría en la casa del pobre es efímera, y es responsabilidad de todos y todas que una tragedia se transforme y acompañada de soluciones se haga una bendita realidad continuada e igualitaria para el mundo pobre.
 

Hoy más que nunca esa realidad continuada por la subsistencia se agudiza por las crisis. Los países ricos aportan menos dinero y las necesidades crecen. Una de las causas que explican la violencia en el mundo es la pobreza, la extrema pobreza que vive y muere para mayor gloria y negocio de los mercados imperialista que impone sus reglas Dos terceras partes de los seres humanos pasan esas penurias. Sin embargo, la comida llega puntual a las barrigas fofas de los países ricos y se visten de gala hasta la rolliza vejez. La avaricia y el poder nos están alejando de lo humano: no permitamos que esto nos mate. Seamos humanos, vivamos humanos, sino por nosotros por nuestros hijos.