sábado, 3 de agosto de 2013

Inconsciencia fraternal

Todo lo que lleva a comprometer un sentimiento es amor y tiene su origen en el corazón. Es la amistad que se manifiesta y construye y distribuye momentos en el tiempo. La amistad, después de los años, es la mejor manera para descubrir lo imperfectos que somos. Y lo solos que estamos. Hablo de mí.
 
Llegaron antes de lo esperado. Hablo de mis amigos. Y fue aparecer y enseguida unas lágrimas para dar paso a los besos y los abrazos entre gritos de alegría (ya avisé que eran mucho). ¡Qué fotografía para subir a facebook!. Y qué guapos, y cómo están los hijos, y los padres, y los nietos (no, nietos no), en fin, en un verbo pusimos encima de la mesa a familiares y amigos. Nos pusimos al día. Una alegría para el cuerpo. Entonces ellas a sus "chismes" y nosotros a los nuestros. ¡Y qué bien!, -le exclamo-. ¿Y qué tal por allí? -le pregunto- ¿Por allí? -y contesta a mi pregunta con la misma y una mirada que podría atemorizar de no saber de quién hablo-. por allí como por aquí, este Rajoy está acabando con todo, está haciendo un erial de este país. Es un... (horario infantil). Y me preguntaba y se contestaba. Y me ponía ejemplos para que supiera que no mentía. Porque eran cosas tan graves que no quería que me quedaran dudas. Mi amigo estaba realmente endemoniado.
 
En mi estupefacción, en mi querer decir y no poder, pensaba que mi amigo quería a Rajoy tanto como yo a la médica de mi pueblo. Y también a Rajoy, para qué engañarnos. ¡Uy, nunca consideré por un igual a Rajoy y a la médica!. Desde que dona no me lleva los asuntos sentimentales pierdo muchas oportunidades de hacer amigas y enemigos. Como era viernes y siempre advierto que todos son de fiar, me negaba a admitir que mi amigo me trajere solo noticias de dolor y rabia. Pues no había más. Me dejó el sofá ensangrentado. Asesinó a Rajoy, a la Merkel y a todos los que consideraba culpables de nuestro fracaso como país. Principalmente el PP. Mi amigo era el resumen matemático de toda la indignación ciudadana. Pero yo quería participar más de su amistad que de la enemistad de Rajoy, así que poco a poco le fui relajando a la vez que apurándole, pues nos esperaban los amigos de los viernes para cenar...
 
Nobleza obliga. Mi esposa ya los tenía identificados mutuamente y fue verlos y enseguida besos y ya te lo decía yo... Se podía pensar que se conocían de hace tiempo. Y con los saludos vinieron las cervezas y vuelta con Rajoy. Lo digo para que conste: el próximo año, Rajoy a Eurovisión. Lo de menos la canción. ¡Joder con Rajoy!. Y lo peor que todos fueron a por mí. Si yo no le voté, solo lo padezco, ¿qué culpas tengo? Porque tú, porque Bárcenas, porque sí, porque no, porque y dale con Rajoy y contra mí. Si no me salva un sándwich de jamón y queso ni me imagino lo que hubiera pasado... Soy gente de paz y la fuerza bruta no la hubiera empleado, pero confieso que estuve a punto de salir huyendo...
 
Con la cena los ánimos se fueron calmando y la amistad volvió a ser la verdadera protagonista. A veces un sándwich de jamón y queso, como la oscuridad, sirve para distinguir la luz... Y con los cafés llegó la tertulia afable y la noche se hizo fraternal. Pero ya era tarde para mí. Así que me despedí de todas y todos y hasta mañana. Ellos como siempre se quedaron... Habrá segunda parte, pero ya será el domingo. Y será lo que Dios quiera. Aquí queda la advertencia.

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