El laberinto de las palabras

El principal instrumento de la comunicación es el lenguaje. Sus posibilidades de expresión comprenden una condición fundamental para entenderse con nuestra colindancia y para un mejor acceso a la cultura que compartimos. La verdad se articula a través del lenguaje. El léxico que permiten cautivar a los demás, incluso y llegar al corazón. Para alcanzar el dominio del lenguaje el amor es determinante, moverse libremente entre los sentimientos, y la palabra su instrumento. El arte que permite moverse libremente. Literatura. Los gestos que expresan los afectos del ánimo y el silencio (recuerda) también son lenguaje.
 

El objetivo del lenguaje no es dificultar la comunicación, sino enriquecerla. Por eso, debemos conocer sus reglas y ser capaces de aplicarlas con contundencia. La literatura nos somete permanentemente a malas interpretaciones, son conflictos de entendimiento y funestos procesos que obstaculizan la comprensión armoniosa de la convivencia. Naturalmente cuando no se asume una comunicación adecuada.
 

El laberinto de las palabras a la hora de reflexionar sobre las motivaciones para escribir se describe a sí mismo, y se explica su acción, identidad, pasión, emoción, sentimiento, conciencia, inconsciente, represión, compensación, norma, patología, ideal, límite, personalidad, originalidad. Pero la literatura sin comprensión es nada. Sin la comprensión de todos los conceptos del lenguaje es imposible acceder a las formas evolucionadas de la reflexión... Quien no tiene la capacidad de reflexionar sobre lo que le dicen mediante el lenguaje carece de la facultad de la comprensión y no tendrá una idea clara de las leyes que rigen en la literatura ni el contenido de las palabras. (Por el camino del sol, una mujer hermosa en sus adentros dice que no comprende la poesía, y es que no admite competencia, o porque sabe que su piel y su mirada la provoca). A esa mujer.