Algo inalcanzable para esas dos
terceras partes de la humanidad, es comer todos los días. Y
la buena salud. Y trabajar sin que nadie los explote. Los polos se alejan
(recuerden).
¡Joder, dona!, son las inmensas
barrigas de la glotonería mundial que apenas se pueden poner los
pantalones y enfundar sus vestidos de gala. Les vienen anchas las
cinturas y los cinturones ya no les sirven para evitar el desbordamiento
de sus michelines que son una obesidad obsesiva. Mejor se pongan
tirantes.
Este sistema global de economía
imperialista se regodea y se recrea en el olvido. De su mano va la
razón que son las injusticias, y luego están los innumerables
conflictos bélicos pendientes de solución sometidos bajo las
alfombras y remitidos a un tiempo que siempre será tiempo pasado.
Conflictos que se van envenenando conforme pasan los años y terminan inevitablemente engendrando más
violencia y odio. También tiene que ver los fanatismos religiosos
al margen del Dios Supremo. Sin negar esa realidad
continuada, el más cruel conductor de la violencia es el ánimo de
los países ricos con su indiferencia que provocan el constante
ejercicio de cinismo que conjugado con el verbo comer da hambre.
Hipocresía de la peor.
No podemos seguir en este plan, tenemos
que obligar, impedir que los mismos que han destruido el mundo con
sus economías imperialistas y que nos mienten, que son los impunes
responsables de los males que generan tanta pobreza y nos han conducido
al naufragio mundial, se vayan con las manos limpias... Tenemos que
volver a la verdad, al menos mientras haya esperanza, bien sea por una
puerta o abriendo otra, pero no depositando nuestra confianza en otro
engaño mayor. Si hay algo que desespera y enerva al más comedido
mortal es la desfachatez que los inmorales pretenden revestirse de
virtudes, es la desvergüenza y la enfermiza ambición exhibida y
honrada como misericordia. Es el cuento más perverso de nunca acabar
como única bondad; es la impunidad homologada que se expresa y
celebra la legalidad. Duele el hambre y la pobreza de quienes no
tienen derecho a nada. El humano ser quiere caminar, avanzar, no
quiere quedar enterrado en sus miserias. El humano ser no es culpable y no quiere perder la
esperanza de comer hoy y mañana.
El mundo es una copia de La Rebelión en la Granja, con sus gordos cerdos incluidos en forma de políticos corruptos.
ResponderEliminarAsht ya me volví a enojar.
Que te cante el Enrique una canción si le entiendes. Es una voz que incita a la depresión. Si lo ves dile que deje el tequila. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Jajajajaja ¿ora qué? Ni siquiera lo mencioné, jajajaja. Si algún día lo veo me tomaré un tequila a tu salud con él jajajaja me haces reír mucho.
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