Días aciagos

El pleito que mantengo con las fiestas de mi pueblo es un ego contrariado que se decanta por Freud, y es consecuencia de mis incapacidades. Comenzando por mi esposa, todos y todas las viven estupendo. No digo que los envidio, aunque no me cortaría, pero sería faltar a la verdad. No volveré a ver a mi migo porque seré yo quién no lo vuelva a ver. Mejor entonces me lo hubiera contado si mereciera la pena. Por otra parte si mereciera la pena no me lo contaría. Tan simple como eso. Me rindo ante mis debilidades. La cabeza me va a estallar luego de tres días y aún quedan dos: no soy quien para endemoniar a nadie. Doy por finiquitadas las fiestas de mi pueblo. Nadie me echará en falta. A los tristes de morir nadie los echa en falta. Ni mis amigas que lo fueron ni los amigos que nunca tuve. ¡Joder, dona cómo duelen los años!. Me he rendido antes de tiempo recordando días aciagos, o la tristemente y célebre amiga del alma ida. Las amigas nunca fueron mi fuerte. Prefiero amarlas. La pasión, y llegada la época del fúrtbol, ¡joder con el fúrtbol!, lo repito, la pasión solo es bueno para el amor. Para el bendito amor. Por momentos creí haber encontrado a una miga diferente, una amiga de esas que merecen la pena, tristemente celebré su adiós esta mañana de calor intenso. Rendido ante las circunstancias, volveré a empezar. Lo que suena es una canción de despedida. Días aciagos. He rendido cuentas de todos mis actos, quien me considere culpable que no olvide de ponerme las culpas. Por ser un domingo memorable, iré a misa, a pesar del olor a incienso. Y rezaré a Jesús el Cristo por las incrédulas de corazón. A fin de cuentas la Fe es la clave de todo.
 

Me obligo a escribir por una amiga ida, por el último rechazo. Porque lo uno lleva a lo otro. Porque siempre una amiga provoca la decisión de evitar a otra amiga de similares características (con tanta credibilidad y prestigio que he tenido en otros tiempos) a la contienda apelo: lo que abunda no daña. Además, es importante ser coherente. Que la actualidad de los hechos no dañe las expectativas de quien por haber sido nunca llegó a ser. Está decidido, hoy rezaré, me encomendaré al Dios de los cielos, y mañana amanecerá otro día. En los años altos de la vida qué más se puede esperar... Lo escrito está. El amor verdadero no se olvida y quien no lo considere así es que amó por delegación.
 

Si es que ha visto con buenos ojos -como ha visto-, que los amigos son lo que se ve a través de un cristal, la observación sobraba por considerar al amor de igual manera que un crimen o una estafa; intromisión o intención de fraude... A una amiga ida le digo que haga lo propio con tanta credibilidad que manifiesta, prestigio y aportes a la amistad con la que cuenta.

  

A quien en un descuido entre en de soslayo bienvenidos sean, sobre todo si sufren o tienen miedo, y de manera especial a los amores contrariados. A los que vendrán con el tiempo si la María lo permite. Bienvenidos sean.