lunes, 20 de mayo de 2013

¿Cómo retomar el sueño más hermoso después de mear?

-Escucha, papi, tengo que contarte el sueño más hermoso que he tenido nunca...
-Soy todo oídos, mi niña.
-Hoy tuve un sueño de lo más hermoso.
-Sí, cuéntame, me tienes en ascuas...
-No lo recuerdo.
-No lo recuerdas... ¿y cómo es eso?
-Lo recuerdo a trozos, porque cuando estaba en lo mejor del sueño me entraron unas ganas terribles de mear; entonces fui a mear y cuando volví no pude retomar el sueño donde lo dejé... Habían venido unos amigos vuestros a visitarnos que tenían dos hijos, y nos hicimos amigos. Me preguntaron dónde podían pasar una noche de fiesta, y les sugerí Cullera a la vez que les preguntaba si había entendido bien lo de, "dónde podían". ¿Y yo qué? Sé de lugar que hacen botellón toda la noche, pero no podréis llegar sin GPS, o sea sin mí. ¿Verdad que hice bien, papi?
-Naturalmente, mi niña, la vida está llena de oportunidades y si uno no anda atento... Pero dime, ¿en qué parte del sueño te entraron las ganas de mear?
-Cuando íbamos hacia Cullera, fue justo en ese momento cuando me entraron las ganas de mear... No quería levantarme, pero no pude evitarlo; me levanté a mear y ya no pude retomar el sueño donde lo dejé... ¡Qué tragedia! ¿No tendrás unos amigos que tengan dos hijos, verdad?
-Que recuerde no, mi niña. Solo tengo amigas. Precisamente una tiene un hijo de tu misma edad, pero mucho me temo que si le hablas de emparentar conmigo se líaría otra guerra mundial...
-¿Entonces me quedaré sin el sueño más hermoso que he tenido nunca?
-Me temo que sí, mi niña...

Las ganas de mear traban los sueños más hermosos. Algo había que inventar para tal desconsolador contratiempo. Soñar es caminar hacia lo infinito. Es retornar al mundo donde venimos. Es acercarnos a la plenitud definitiva, a la imaginación con toda la fuerza. Es volver a la ilusión que un día abandonamos al hacernos mayores y que solo en los sueños más hermosos retornamos... Pero lo más trágico, y lo es por imposible de evitar, es que las ganas de mear nos roben el sueño más hermoso. Sin embargo, existe una verdad que no es un sueño, y tiene que ver con cada cual. No es tan maravillosa como un sueño, pero conviene no perderla de vista porque en realidad es lo único que tenemos. A esa verdad nos enfrentamos cada día: a veces nos apena y otras nos alegra. Es la vida, y merece la pena. Según se mire también la vida es un sueño... Si en vez de gastar tanto dinero en guerras preventivas lo invirtiéramos en sueños... ¿Cómo retomar el sueño más hermoso después de mear? Cuando nos entran las ganas de mear mueren los sueños más hermosos...

Te quiero, mi niña.

2 comentarios:

  1. Los sueños sueños son y aún siendo bonitos terminan.


    Saludos somnolientos.




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  2. Eso es verdad, y es bueno, porque así las pesadillas no tienen disculpas... Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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