miércoles, 8 de mayo de 2013

Epilepsia

Hoy me vino a visitar la vida. Y entre uno y otro casi acabamos a mal. Ella que ella y yo que yo. Los dos queríamos tener la razón de nuestra parte. El humano ser es contradictorio, pero a la vida no hay dios quién la entienda. Cuando me di cuenta que no había manera la dejé hasta más ver. Y en esto llegó mi esposa:

-¡Inútil!, que no me vales para nada. Ves a los pintores, me ves a mí y no te mueves del sillón...
-¿Qué te ocurre amor?
-Que me ayudes a tirar los trastos del desván... ¡Diógenes!.
-Cuando nadie te vea sube al desván... y saca y tira trastos inútiles.
-¿Qué te pasa, cariño? Dice que me dijo...

Al despertar sentí pegado a mí el mismo olor asqueroso de siempre... Sin embargo (abuso del sin embargo, pero siempre hay un sin embargo; a la Magdalena gracias), y luego que me aseó y descansé, el placer que experimenté, ese estar sin estar, esa paz, esa relajación, me hizo pensar (sin embargo) que no hay mal que por bien no venga, y que no hay nada en la vida que no merezca la pena, por malo que sea. Como el libro malo que siempre tiene algo bueno. En fin, luego sigo con la vida (aún estoy mareado) quizá haga algo de ella, o con ella... Veremos.

5 comentarios:

  1. Haz algo con ella que se te va un poco cada día, pero tomate tu tiempo para sacar los trastos inútiles.


    :)

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  2. Yo soy el trasto inútil. Señor. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  3. Nadie qu enseña puede ser inútil y tu me enseñas mucho cada día.

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  4. Mis palabras aveces sacan lo peor que hay en mí... lo de ayer me superó. Un ataque epiléptico culpable. Necesito descansar para volver a la verdad. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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