martes, 21 de mayo de 2013

A vuelta con los sueños

Hay quienes aseguran que no sueñan. No es mi intención entrar en polémicas con nadie, pero sueñan. No lo recordarán, pero sueñan. No sé por qué, pero sueñan. Por alguna extraña razón, los recuerdos afloran hacia el espacio de la inconsciencia y el estado de represión onírico es tan fuerte que no permite la fijación de los mismos en la memoria de una manera clara. Tiene razón la niña de mis ojos, a veces no queda otra que levantarse de mal humor, porque la noche propició un sueño maravilloso y al despertar no se recuerda. Ocurre que, cuando se duerme, vienen a la mente recuerdos que pueden ser reales o no, y apuntan a la consciencia, y dejan sus restos que no siempre son felices: a veces son traumas que llegan a alcanzar la claridad al despertarse. Los sueños buenos no se recuerdan, los malos sí.

El asunto de los sueños es estudiado por "Unidad del sueño". Yo no sé a ciencia cierta de qué va esta gente, si hipnotizan, o ponen la colección musical de Julio José Iglesias, o maquillan el subconsciente con pastillitas de colores, solo sé que tratan urgar en la mente para investigar sobre los sueños, no sé más, y como no sé no sé, y no quiero decir de lo que no sé, sobre todo si se fundamenta en la ciencia.

Los sueños traen de cabeza a la comunidad científica desde tiempos inmemorables; desde el principio de la humanidad ya se tiene constancia de los sueños. En cada época y lugar, a los sueños se les han adjudicado conceptos, profecías y fantasías. Estupideces. Son ilusiones y a veces son pesadillas. Sigmund Freud, en su obra: "La Interpretación de los Sueños", por cierto, dicen que es un libro imprescindible a nivel de investigación en las facultades de medicina. No solo Freud dedicó horas de investigación a los sueños, otros científicos tuvieron participación de manera clara, aunque relacionado con Freud y sus hipótesis. Freud fue un genio incomprendido. Vale decir que la Dama que no me deja ir le apasiona sentarme en su sillón -ni diván tiene la pobre- y jugar a psicoanalistas (yo soy Freud). ¡Cómo la hecho de menos!. Este mes la iré a ver y le llevaré flores. Sin falta. Vuelvo a lo de los sueños, y no a "La Interpretación de los Sueños" que no leí, para decir que Freud tuvo un discípulo muy aventajado que luego, como todos los discípulos aventajados (cría cuervos), se hizo disidente de sus teorías, Carl Gustav Jung, se llamaba. Discípulo versado, además, en otras ramas de la psicología. Jung hizo mucho por dilucidar los enigmas oníricos.

La Dama que no me deja ir es más de Freud que de Jung, y considera sus teorías fundamentales a la hora de meterse en una mente absurda como la mía. Los sueños son claves para el análisis psíquico, porque desnudan la parte oscura de la mente y permiten cambios valiosos en la conducta, carácter y pensamientos inconfesables. (Uy, uy, qué peligro el psicoanálisis y sobre todo los pensamientos inconfesables).

4 comentarios:

  1. No me sometería a ningún psicoanálisis, los sueños por mas oscuros que sean son míos y ni Freud ni Jung podrían ayudarme a encontrar un significado que no estoy buscando.



    ¿Tienes mente absurda? No creo, mas bien pienso que eres muy inteligente y cuerdo y actúas en consecuencia.

    Beso

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  2. Me pagan por tener la mente absurda. Entonces, tengo la mente absurda. Además, no me gusta discutir... Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  3. Jajajaj hoy te has empeñado en hacerme reír, mira que no te gusta discutir sino te habrías encontrado la horma de tu zapato jaja.

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  4. La encontré un día y al otro la perdí. Sino al otro por el otro. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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