Olores y otros desvelos

El olor a pintura me va a matar, y eso que ayer y hoy los pintores no trabajaron. Los pintores el fin de semana no están, pero el olor a pintura sí: me lo dejaron en casa. El olor a pintura es como la filosofía espiritual que se mete en los adentros y no te ayudan sino a morir.

Una amiga me dice que si no me importa correr con ella por las mañanas... Si no fuera tan cansado... Prefiero oler a pintura que correr. Los médicos dicen que es saludable correr. Lo cierto es que nunca vi a un médico correr, al menos con bata blanca. ¡Qué gracia!, seguro que acabaría en el manicomio: a quién se le ocurriría correr con una bata de blanco impoluto vestido...

Palabras que sueltas a media tarde no tienen sentido si no es bajo el punto de vista de la filosofía espiritual. La filosofía espiritual y las religiones tienen respuesta para todo. A mi amiga le gustaría tener algunas respuesta... Cuando la vea le diré que consulte un manual de filosofía espiritual, o que vaya a misa si el olor a incienso no le molesta. El incienso y la pintura tienen un olor despreciable.

En un libro de autoayuda (me encantan los libros de autoayuda, como la filosofía espiritual y las religiones, también tienen respuesta para todo... eso sí, sin dejar de reconocer que son un sucedáneo) he leído que el humano ser tiende a cerrar la mente y el corazón cuando sus miedos y los prejuicios le superan. Entonces, para curarse en salud, el autor recomienda asumir responsabilidades y dejar de echar la culpa a nuestras emociones: culpables de nuestros males las emociones. A veces necesitamos aquello que tenemos en común con otra persona y las emociones nos lo impiden. Qué malo es un domingo de guardar con olor a ausencia... Palabras y acciones que debieron tener una prioridad en la vida y sin embargo...