Vale, hoy estoy un poco desanimado pero, ¿no es cierto que el amor, la salud, la familia, las amigas, la prosperidad económica, incluso los "lujos" que nos podemos permitir no son eternos?
Todo tiene su fin. "Y también su volver a empezar", añade una amiga al comentario anterior.
Todo pasa y todo queda, dijo el poeta Machado, don Antonio. Entonces debemos dar valor a las cosas y estimarlas en su medida. Debemos alejarnos de posturas erradas y vivir más solidarios. Vivimos más no solo cuando nos desprendemos de las cosas superfluas, sino cuando las compartimos con los demás y vivimos como si no las tuviéramos, es decir, a sabiendas de que nunca fuimos dueños de ellas, ni siquiera de la vida que es la suma de todas los bienes y todos los males.
Hay gente que vive amarrada a una doctrina religiosa o política; a miedos o miserias. A la incertidumbre de la vida. A esa gente les invito a soltar esa vida, ese vivir al margen de los sentimientos. Esta verdad me lleva a decir con perdón a quien pueda interesar en forma imperativa: ¡Suelta esa vida! Y la mejor manera de soltarla es entregándosela a lo único que puede hacerle crecer y ser mejor persona: el amor. Habrá dolor, pero serán más lo beneficios que los perjuicios. Habrá apertura de sentimientos, y con ellos habrá esperanza... hasta que llegue la hora cero.
Creí que había llegado la hora cero pero no me había dado cuenta que no le había dado cuerda al reloj.
ResponderEliminarLlegará. Te aconsejo que compres un reloj con pila antidisculpas... Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.