Un día me dijo que si negociábamos...
Confieso que no la entendí: ¿negociar y ganar o negociar y perder? ¿negociar? Entonces, se me ocurrió que podía hacerlo de otra forma y cogerla por sorpresa, o desprevenida, aunque malamente se deja engañar... Había que tratar con ella sea como fuere y ganar. Entonces pensé en un trastorno bipolar, que si lo utilizaba, igual podíamos llegar a un acuerdo, que las ofertas 2x1 siempre tuvieron éxito. Ya está bien de que me utilice para todo lo malo, tal parece que le dio por experimentar conmigo una existencia opaca.
Trastorno bipolar. No me disgustaba utilizarlo como herramienta para alcanzar mis intereses. Esto no es malversar, prevaricar, u otra cosa parecida, prohibido todo que lleva a los malos ante el juez y luego el juez ante los malos (corren malos tiempos para la justicia). En la Comunidad Valenciana todo el mundo va a lo suyo; pues yo a lo mío, que donde fueres haz lo que vieres... Lo mío es particular, nada tiene que ver con asuntos ajenos. De llegar a un acuerdo, no llevará la firma de un notario, -eso me dijo-. Y que era legal a todas luces.
Según escribo me estoy enojando y eso no es bueno para mis intereses... Por mis medios, que son miedos conocidos y reconocidos, nos citamos para negociar, y después de un largo y duro debate picó el anzuelo: "uno sí, otro no", el trato era ése. Tengo que decir que María, la Magdalena, me echó un cable definitivo. Lo importante fue que llegamos a un acuerdo. Aceptamos las condiciones y sellamos el trato. Lo cierto es que una locura nunca me había favorecido tanto, más bien fueron penas que alegrías. Supongo que es como todo en la vida, si es que lo sabes llevar. "Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás". Albert Einstein. Llevo años padeciendo y ahora por fin recojo un favor de la locura. Es algo extraño y es difícil de explicar, pero ahora es alegría lo que siento, Son comportamientos y reacciones, y también son ausencias. Lo bueno es que pude matar dos alas de un tiro. De un lado me absuelvo y de otro amanezco: al fin es primavera. No, he de ser prudente, no puedo cantar victoria: aunque hayamos sellado el trato, es necesario esperar, una negociación está supeditada a la espera.
Se pudiera decir que una existencia absurda que sufre cada día las consecuencias del colapso de una parte de su ser está a punto de redimir sus pecados... Digo pecados y son laicos, y lo digo sin saber si existen. Es igual, pero estoy inquieto. Ella no sabe qué fue lo que determinó el cambio de actitud en mi comportamiento, ni siquiera mi esposa (lo hice por ella). Pero mis acciones van en la dirección correcta, a fin de cuentas eso es lo que importa y nada más. Ella desconfiaba de mí. En una crisis entre dos fuerzas vitales es deseable que haya una sola voz, y quién mejor que yo de los dos. Ahora seré yo el que se salve y ella la que se vaya al abismo. Un trato es un trato.
Si ella acepto el trato y se tiene que ir al abismo no hay de otra, no tienes la culpa - seas bipolar- o no porque asi es. Para ganar uno tiene que perder y no es cosa de locos.
ResponderEliminarUn abrazo
Para nada es cosa de locos... Y, naturalmente, si alguien se tiene que ir al abismo que se vaya ella. Estaría bonito. Un trato es un trato. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud