Un café, una tostada y un periódico.

Vuelvo al asunto de los periódicos de papel para decir que este principio de curso escolar apenas regalan coleccionables, gafas de sol, relojes de colores, sartenes de nada se pega, etcétera. Y que así no vamos a ninguna parte.

Mucho se habla de los periódicos digitales, que todo pasa por ellos en la medida que proporcionan al lector una amplia cobertura informativa al instante. Pero la relatividad domina el universo y al humano ser por igual. Entonces nada es absoluto. Eso puede verse reflajado en algunos medios escritos que se editan digitalmente.

Uno despierta, coje una taza de café, una tostada y si no tiene un periódico entre las manos no amanece. Porque nada tiene que ver una taza de café y una tostada con un ordenador. Lo tradicional no comulga con la tecnología. El olor a buen café. El olor de un periódico de papel. ¡Por Dios, ofende la comparación!. Otra cosa sería que el mundo estuviera esperando por uno para echar a andar. Pero no es el caso, evidentemente. También, y la Magdalena sabe que no es nada personal, el director de un periódico de papel es más que su homónima digital. mucho más. Eso sí, como siga justipreciando las opiniones y las noticias que más interesan me paso a las agencias de información que son gratis. (Los amores para toda la vida son los peores).