lunes, 29 de septiembre de 2014

Vergonzoso.

Todo muy triste, al menos para la gran mayoría. Hablo del entierro de Manolo. Dolor en las caras de los hijos y demás familia y amigos. Se notó que era muy querido.

Cómo asumir por quién realmente lo quería lo que será de ahora en adelante la vida sin él, ¿se seguirá llamando vida para Pepica? ¡Joder, y Eugenio llorando!. Eso sí que duele. Todo duele cuando un ser querido se va. Sin embargo, yo, estoy en franca vía de aventurar una conjetura acerca del sentido que tiene soportar tanta parafernalia, tanto pésame y tanta hipocresía. Vergonzoso.

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