-Hola, cariño, ¿qué tal el cumple?
-Ay, no sé qué decirte...
-Ya sabes que no soy chismosa, pero no tienes necesidad de contarme nada que no quieras. Es igual, olvida que me viste...
-No es que no te lo quiera contar. Lo pasé genial, pues estaban mis mejores amigas y amigos. O mejor diría lo debí pasar, porque no me acuerdo de nada...
-De nada, nada...
-De nada.
-¿Tan grande fue la borrachera?
-O más.
-¡Dios mío!, ¿y dónde apareciste y a qué hora?
-En la iglesia el domingo al mediodía...
-Pues, cariño, ya puedes ir pidiendo perdón según vayas encontrando a unos y otras. Los conozcas o no.
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