Dama de Les Seniaes.

El día anima al recuerdo, pero nada nuevo puedo decir que agregue novedad alguna a lo escrito tantas veces sobre ella. Ella era un caso raro, combinaba bien con todos los colores y en especial con el rojo.

Nació lejos de estos lares y un compendio de linajes corrían por sus venas. Quizá su nacimiento solo constituyó una casualidad geográfica y llegada la hora de ver la luz un dios bueno decidió dejarla en Les Seniaes, el paraíso donde todo comenzó. Solo se sabe que fue el amor de dos.

En la universidad conoció al amor de su vida, que con el tiempo fue el padre de su hijo. Un amor que duraría toda la vida. Aunque corta vida, pues una noche de luna llena la muerte lo arrancó de sus brazos. Y así fue como desamparada y huérfana de la vida, se atrincheró en la noche desvelada. De esposa y madre a la vez a solo madre.

Aunque el dios bueno nunca la abandonó, y un día decidió liberarla de la noche desvelada. Pero un dios bueno es poco si la poesía no se explica; pues se había olvidado de vivir y deambuló por las calles rotas como una pordiosera... Después de haber servido tantos años al amor y descuidada en la noche desvelada, con el corazón destrozado, no sabía qué hacer con su vida.

Y se entregó para siempre al silencio, hasta que un poeta averiguó su historia y la convirtió en poesía y la impulsó a otra dimensión y le dio el cometido de esparcir el aroma de azahar de Les Seniaes por el espacio infinito. (Hay quién asegura haberla visto y al ir a su encuentro se ocultó en su poesía... Es un misterio). El poeta la llama Dama de Les Seniaes. Pero ese poeta no es persona de decir siempre la verdad. Incluso dice que él es el otro amor de dos